Mi vieja siempre me decía que el que calla, otorga. Ese
parece ser el caso del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades
(CDC, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Salud (DS), cuando, por
casi una semana se demoraron en reaccionar a un artículo publicado por este
reportero donde se hizo pública una carta del CDC dirigida a todos los
laboratorios clínicos de la Isla, y la cual obtuve gracias a la amabilidad
del presidente de la Asociación de Laboratorios Clínicos (ALC) de Puerto Rico,
José Sánchez Zayas.
La carta dirigida a los laboratorios, y que aparentemente el
CDC no tenía intención de hacer pública, sí indica categóricamente que “debido a la
reciente introducción del virus de zika en Puerto Rico y a la reactividad
cruzada entre los anticuerpos IgM generados después de la infección con un
flavo virus, la interpretación de los resultados de las pruebas de diagnóstico
serológicos han cambiado recientemente. A pesar de la detección de virus anti
zika o de anticuerpos IgM anti virus del dengue, es posible que tales
anticuerpos puedan reflejar infección por otro flavo virus que no sea el virus
usado en el ensayo indicado”.
La misiva, firmada por Jorge L. Muñoz Jordán, jefe de
Vigilancia e Investigación de la Rama de Dengue del CDC en Puerto Rico, asegura
que “para los pacientes sintomáticos, la presentación de una muestra de orina
recogida dentro del periodo de 14 días desde el inicio de la enfermedad, junto
con una muestra de suero, puede mejorar la detección de infección por el virus
zika, si está presente”.
De primera instancia intenté comunicarme con el DS, quienes,
luego de innumerables llamadas telefónicas, finalmente indicaron que no podrían
reaccionar. Que tendría que pedirle una reacción al CDC. Así lo hice.
No obstante, el CDC tampoco puso a mi disposición ningún
recurso para entrevista, sino que se me pidió redactara las preguntas y las
enviara. Así lo hice.
Casi una semana después, a través de un comunicado
impersonal y sin contestar el grueso de mis preguntas, llegó la tan esperada
reacción. La respuesta, firmada por Steve Waterman, jefe de la Subdivisión de
Dengue en la División de Enfermedades Transmitidas por Vectores de las oficinas
del CDC en San Juan, asegura que “en todo momento durante la epidemia de zika,
los científicos y detectives de enfermedades de los CDC, junto con el
Departamento de Salud (DS) de Puerto Rico, están usando las mejores
herramientas disponibles para detectar rápidamente y hacerle seguimiento a la
propagación del virus del Zikany su impacto. Estamos constantemente aprendiendo
sobre el zika y las herramientas que usamos para combatirlo. Tenemos la
responsabilidad de compartir lo que sabemos con nuestros colegas profesionales
y el público a medida que obtenemos la información”.
Sin embargo, la Agencia federal reconoce que la prueba
utilizada actualmente para detectar el flavo virus, no puede distinguir entre
las cuatro cepas diferentes de dengue y el zika.
“La limitación de la prueba de ELISA IgM es que no puede
distinguir entre los virus del dengue y del Zika ya que los dos están
estrechamente relacionados. Por lo tanto, los resultados de la prueba de ELISA
IgM se llaman ‘presuntos positivos’. Continuamos haciendo pruebas del dengue y
chikunguña a los pacientes y tenemos la certeza de que este año la cantidad de
casos de dengue será baja y los casos de zika seguirán aumentando”, sostiene la
comunicación y continúa estableciendo que
“es probable que los resultados presuntos positivos a las pruebas de
ELISA IgM en las mujeres embarazadas en Puerto Rico representen zika. Todas las
mujeres embarazadas con resultados positivos a la prueba Trioplex o de IgM
reciben seguimiento obstétrico muy de cerca”.
¿Por qué? ¿Qué se esconde detrás de todo esto? ¿Cómo cambia
esto las estadísticas en la Isla que muestran miles de casos de zika y que
representan la primordial justificación para la asperjación aérea con la
sustancia Naled? ¿A cuánto asciende el costo de la fumigación aérea y cuál es
el nombre del contratista que realizará ese trabajo? ¿Por qué la insistencia del
exsecretario de Salud, Johnny Rullán, en hablar de una epidemia de zika?
Recuerdo que hace
varios meses atrás, cuando la “fiebre” del zika comenzaba, asistí a una
conferencia de prensa para los medios en el ya fenecido restaurante Zipperle en
Hato Rey. En ese momento, el DS había declarado un alza en los casos de
Influenza, enfermedad que por siglos ha constituido una amenaza para la
humanidad y que a principios del Siglo 20, arrasó con cientos de miles de vidas
humanas en todo el mundo.
Sin embargo, no fue la secretaria del DS, Ana Ríus, quien ofreció la conferencia sino el exsecretario de ese departamento, Johnny Rullán. En ese momento, y ante dicha posibilidad, cuestionamos a
Rullán sobre una posible epidemia de influenza a lo que el doctor reaccionó
molesto, sosteniendo que se debía hablar de zika y no de influenza. Nadie me lo
contó, yo estuve ahí y lo presencié personalmente.
Más adelante, este periodista recibió información fuera de
récord de una fuente con gran credibilidad, de que existe un esquema para
favorecer a una compañía contratista en específico que se encargaría de la aspersión
con Naled a un costo de $11 millones de dólares. Eso sin mencionar el negociazo que representaría una epidemia mundial de zika para los fabricantes de Naled.
La fuente me aseguró que la insistencia de Rullán con el
zika responde a que el doctor se mantiene en la nómica para convertirse en el
portavoz de la epidemia del zika en Puerto Rico.
Pero, ¿la nómina de quién?
Mi contacto continuó asegurándome que detrás del esquema –que
es un secreto a voces, según indicó- se encuentran dos figuras controvertibles
del quehacer noticioso en Puerto Rico. Dennis Rivera y Antonio García Padilla,
ya que el contratista es otro de los amigos del alma de este grupo asociado a
la organización Sociedad Económica Amigos de Puerto Rico, en la cual el hermano del Gobernador figura
como único funcionario bajo contrato y cuya existencia ha sido extensamente cuestionada.
El problema, según la fuente, es que, a pesar de que “todo
el mundo lo sabe” nadie tiene pruebas concretas sobre el asunto. Más aún, el
Gobierno ha fallado en indicar cómo se propone fumigar por la vía aérea y si se
utilizarán recursos privados o la ayuda del Ejército o la Guardia Nacional.
¿Por qué la Administración García Padilla se mantiene
obstinadamente enfocada en que la fumigación aérea es la única solución cuando
un impresionante grupo de profesionales de todas las denominaciones, de
diferentes especialidades científicas y con amplio conocimiento del tema, han
mostrado su rechazo? Si no existe nada que esconder, y simplemente estas dudas son producto de la activa imaginación de la ciudadanía, ¿por qué el Gobierno no habla claro y de frente sobre los detalles de la asperjación? ¿Por qué la opinión de los "expertos"de García Padilla tiene más peso que la opinión adversa de los recursos profesionales que han mostrado rechazo al uso de Naled?
Recuerden, el que calla, otorga.
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