sábado, 18 de junio de 2016

Juego de estrellas



(Foto cortesía de Juan Costa)


Por primera vez en la historia del Partido Popular Democrático (PPD), un líder se propone impulsar un referéndum que va en oposición a la ideología natural de esa colectividad.

El pasado viernes, 17 de junio de 2016, el presidente del PPD, David Bernier -quizás intentando traer orden al caos que aparenta permear en esa colectividad luego de que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos emitiera su opinión en los casos de Puerto Rico v. Sánchez Valle y el de la llamada Quiebra Criolla- propuso el impulso de un referéndum Estadidad Sí o No para enero de 2017.

Nada novel, considerando que ya había asomado la idea durante su discurso de aceptación de la presidencia del partido en Caguas, pero esta vez, y de manera oficial, la Junta de Gobierno del PPD, reunidos en claustro por poco más de seis horas, aprobó la medida 19 a favor contra 9 votos en contra.

Durante el proceso, varios de los miembros de la Junta salieron del perímetro con cara de no muchos amigos, aparentemente en rechazo a la aprobación de tal mecanismo. Una de las caras que se vio no muy satisfecha con el asunto, fue la de la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, a quien, un par de horas antes de que concluyera el encuentro, se le vio salir del Comité central como alma que lleva el diablo.

Sin embargo, otras caras, como la del presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Perelló Borrás, casi no podía contener su sonrisa ante las preguntas que le formulamos los medios a su salida de la reunión, también antes que esta concluyera, pero por razones muy diferentes a las de la alcaldesa de San Juan,

Pero si usted piensa que esta movida de Bernier es absurda y atenta contra la integridad ideológica de la Pava, piense otra vez y permítame aclararle que, a apenas meses de ser confirmado candidato a la gobernación por el PPD, el otrora Secretario de Estado, ha probado ser un estratega sumamente disciplinado y ágil de pensamiento en lo que respecta a tomar ventaja de sus contendientes y esta es solo otra prueba de ello.

La victoria de Ricardo Rosselló –hijo del exgobernador de Puerto Rico, Pedro Rosselló González- en las primarias del Partido Nuevo Progresista (PNP) por encima del lanzamiento del comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, no es pura casualidad sino que emana de una causalidad.

A pesar de que Pierluisi mostró ser un candidato sólido, la victoria, por cosa de nada, fue para Rosselló. Ello, muchos especulamos se debió a la movilización masiva de populares –posiblemente dirigidos por el plan estratégico del equipo Bernier- a votar por el profesor universitario en las primarias del partido estadista y asegurarse de perpetuar la marcada división de ideologías que hay en el PNP, posicionando en la papeleta al candidato más débil de esa colectividad, sobre quien Bernier tiene claramente la ventaja.

Prácticamente, el PNP cayó redondo en su propia madeja de intrigas y malas decisiones, aparentemente dejándose llevar por romanticismos ideológicos y lealtades fundidas en el olvido.

Bernier 1 – Rosselló 0

El segundo encuentro fue al día siguiente, cuando, temprano en la mañana, Bernier envió a Rosselló –y consciente de que este ofrecería una conferencia de prensa a eso de las 10:00 am de ese lunes- un florete de esgrima, deporte que practica y en el cual fue campeón panamericano juvenil y medallista de bronce en los XVIII Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1998, como es la costumbre en ese deporte para mostrar respeto con su contrincante y asegurar una “batalla” lipia. Sin embargo, Rosselló no supo qué hacer con el gesto y mucho menos, como es usual, cómo contestarlo.

“Pues yo le voy a regalar unas tenis azules, usadas, para que sepa lo que es caminar por Puerto Rico”, esbozó repentinamente pero con voz nerviosa, a preguntas de la prensa, mientras el salón del primer piso del Comité central del PNP en Hato Rey estallaba en aplausos y risas que provenían del notorio grupo de alicates que se encontraba flanqueándolo.

La sorpresa de los medios que cubrimos la conferencia de prensa fue notable al ser testigos de cómo este joven aspirante a la gobernación caía redondito en la trampa puesta por su contendiente. Nos recordó a muchos el imprudente comentario hecho apenas semanas antes por Rosselló durante su último debate primarista donde aseguró que “el pueblo le falló a mi padre”. 

En ese momento, muchos supimos que se trató de un desliz, de una imprudencia casi adolescente, que se le “chispoteó” un fragmento de las posibles conversaciones de sobremesa que se debaten en el seno del hogar Rosselló-Nevares luego de la aplastante derrota en las primarias del 9 de marzo de 2008 frente a Luis Fortuño. Sin embargo, el comentario de las "tenis azules" claramente mostraba un jovenzuelo aturdido e inexperto que solo trata de retomar el estilo de hacer política de su padre.

Con la ahora infame contestación de las “tenis azules” Rosselló se aseguró un puesto en el salón de la fama del trolleo nacional cibernético, pero, más importante aún, le mostró a su contendiente su lado más débil.

Bernier 2 – Rosselló 0

El viernes, 17, en una movida sin precedentes, Bernier anunció la aprobación de una resolución que disponía, de ser electo gobernador en las próximas elecciones, a realizar una consulta plebiscitaria de Estadidad Sí o No.

Según el candidato, la movida nació del desprendimiento colectivo para lograr un Puerto Rico libre de ataduras a los problemas económicos y con un brillante futuro. Razón muy loable y romántica pero, hasta cierto punto, efímera ante la verdadera razón estratégica para hacer tal anuncio.

El PPD está consciente de que las actuaciones del Congreso federal y los vientos que soplan en las elecciones estadounidenses indican claramente que solo un puñado de soñadores y políticos corruptos apoyan integrar a Puerto Rico a la Unión. Sin embargo, impulsando un referéndum de Estadidad Sí o No a nivel local, Bernier se asegura sin falla que acercará el voto penepé insatisfecho con la candidatura de Rosselló, que se sabe son muchísimos.

Así que, luego de aseguradas las elecciones generales, el plebiscito será, como dicen en Alabama, un  “no brainer” ya que, aunque la Estadidad prevalezca en un 100%, la realidad es que Puerto Rico, al ser una “criatura del Congreso” –tal y como lo expresó el Tribunal Supremo federal- es ese cuerpo el que finalmente tomaría una decisión de otorgarle a Puerto Rico la Estadidad. Y es más que obvio que no será tan fácil como lo plantea la ingenuidad del estadista local.

Ahora bien, muchos se cuestionarán cómo podrá ser posible que el PPD pueda subsistir con la muerte del ELA. La contestación es sencilla y se halla escondida en los anales de la historia. El PPD fue fundado en 1938, 15 años antes de que si quiera la fórmula del ELA se esbozara de la boca de los congresistas estadounidenses para acallar las voces en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) luego de la Segunda Guerra Mundial, que exigían que Estados Unidos resolviera el estatus político de la llamada última colonia en el planeta.

Y me parece que precisamente esa va a ser la estrategia del PPD para sobrevivir lo que podría ser el mayor golpe a la integridad ideológica de esa colectividad en toda su historia. Volver a su estado original descansando en los hombros de un líder fuerte. El problema con esta estrategia es que, de no existir un líder sólido, la colectividad se vendría abajo.

Bernier 3 – Rosselló 0

¿Aprenderá el candidato penepé la lección y se impondrá para evitar que su contendiente salga invicto en la carrera por la gobernación?

Estará por verse durante el largo camino que aún falta por recorrer en la campaña para obtener la gobernación y liderar un país en quiebra, saqueado por los grandes intereses comerciales, con un pueblo apático y una junta de control fiscal omnipotente.


Ya veremos…

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